

«Si se estudia el fluir del agua, se llega al verdadero fundamento de la naturaleza. Lao-Tse señalaba, un poco antes del año 500 a.C., que el curso de la naturaleza, el tao, es como el agua. Siendo extremadamente suave, el agua vence a todas las cosas duras; al ser débil es fuerte; siempre busca el nivel más bajo, el camino de menor resistencia.
(...)
Todos somos aperturas a través de las cuales el universo se mira.
Quizá debido a que los artistas empezaron a tener un atisbo de esto, en cierto momento de la historia de la pntura empezaron a cansarse de copiar gente, árboles, nubes y agua, y a preguntarse por qué ellos no podían crear obras de la naturaleza.
Y así lo hicieron.
Al dejar caer gotas de pintura sobre la tela, Jackson Pollock en realidad deja que este aspecto de la corriente de agua se produzca sin copiar nada en absoluto. El artista debe estar en un estado especial para hacerlo, ya que existe algo fundamentalmente diferente entre el buen arte abstracto y los meros revoltijos.
Mucha gente pensó que cualquier niño podía hacer pintura abstracta, así que se pusieron a hacer cuadros abstractos que no interesaban a nadie porque simplemente eran horribles. (...) Pero este arte no era más que una falsificación.
Pero era obvio que Pollock y muchos otros artistas no hacían falsificaciones, aunque era imposible explicar por qué.
De la misma manera, resulta imposible explicar por qué las formas del agua, las nubes o las montañas son hermosas.
(...)
Lo que pensamos del arte y de la vida depende en gran parte de la convención. Pero debemos tener cuidado de la falsa espontaneidad, de ir simplemente en contra de la convención. Ese no es el camino de la corriente de agua. Esa no es la línea de menor resistencia.
Debemos ser muy sensibles para descubrir cuál es esa línea.
Cuando la descubrimos entonces somos capaces de fluir.»
Alan Watts
«(...) Ahora bien, si uno quiere vivir en una colina, lo que quiere es vivir en una colina y no destruirla para poder vivir en ella. Pero es eso lo que va a suceder. Arrasarán la parte superior de la colina hasta dejarla completamente plana y luego construirán terrazas hasta llegar abajo. Eso destruirá el equilibrio ecológico de la colina y, más tarde, las casas se caerán en última instancia, pero para entonces ya estarán pagadas.
Por supuesto, un buen arquitecto diseñaría una casa en armonía con la colina.
¿Por qué la compañía urbanizadora no contrata a un arquitecto así? Esencialmente, porque el urbanizador no siente que el mundo externo sea su propio cuerpo.
Y lo es.
El mundo externo es la extensión de nuestro propio cuerpo.
Un arquitecto inteligente y sensible siempre "pregunta" a la colina qué tipo de casa le gustaría que construyeran sobre ella. Si tiene alguna preferencia por un tipo de casa y hace que la colina se someta a él, no está bien de la cabeza. No se da cuenta de que el mundo exterior es su cuerpo. Cuando se dé cuenta, recobrará su sentido común.»
Alan Watts
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Los ponientes y las generaciones.
Los días y ninguno fue el primero.
La frescura del agua en la garganta
de Adán. El ordenado Paraíso.
El ojo descifrando la tiniebla.
El amor de los lobos en el alba.
La palabra. El hexámetro. El espejo.
La Torre de Babel y la soberbia.
La luna que miraban los caldeos.
Las arenas innúmeras del Ganges.
Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña.
Las manzanas de oro de las islas.
Los pasos del errante laberinto.
El infinito lienzo de Penélope.
El tiempo circular de los estoicos.
La moneda en la boca del que ha muerto.
El peso de la espada en la balanza.
Cada gota de agua en la clepsidra.
Las águilas, los fastos, las legiones.
César en la mañana de Farsalia.
La sombra de las cruces en la tierra.
El ajedrez y el álgebra del persa.
Los rastros de las largas migraciones.
La conquista de reinos por la espada.
La brújula incesante. El mar abierto.
El eco del reloj en la memoria.
El rey ajusticiado por el hacha.
El polvo incalculable que fue ejércitos.
La voz del ruiseñor en Dinamarca.
La escrupulosa línea del calígrafo.
El rostro del suicida en el espejo.
El naipe del tahúr. El oro ávido.
Las formas de la nube en el desierto.
Cada arabesco del calidoscopio.
Cada remordimiento y cada lágrima.
Se precisaron todas esas cosas
para que nuestras manos se encontraran.
Jorge Luis Borges (nacido
en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899)
Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.
No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.
Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.
Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.
Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.
Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,
no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.
Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.
Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!
Vicente Aleixandre
Early Work n70: The Day from tiojai on Vimeo.
The Race is On - Make Poverty History from Oliver Wilkins on Vimeo.
Tahrir Square, Cairo, Feb 1 2011 from Oliver Wilkins on Vimeo.
Una Granja para el Futuro from Horatiux on Vimeo.
«"Hoy todas las ramas de las ciencias parecen querer demostrarnos que el mundo se apoya en entidades sutilísimas, como los mensajes del DNA, los impulsos de las neuronas, los quarks, los neutrinos errantes en el espacio desde el comienzo de los tiempos…",
escribió Italo Calvino en la lección que dedica a la levedad en sus Seis propuestas sobre el próximo milenio (Traducción de Aurora Bernárdez; Siruela, 1989).»
Lo cuenta José Andrés Rojo en 'El Rincón del Distraído'.Y me digo yo...
¿Por qué de materia tan sutil saldrá una realidad tan burda?
¿Será un fingimiento?
¿O un problema de percepción?
¿Un amanecer es burdo?
¿Y una sonata de Bach?
Los neutrinos son la pera.