sábado, 24 de enero de 2009

La vida nueva


«Vi un gato: se lamía lentamente, más que contento de la vida bajo la tranquila pérgola del café que daba al cruce que debía de ser la plaza de la ciudad. Sentados al dulce sol de la mañana estaban un carnicero dichoso a la puerta de su carnicería, un despreocupado propietario a la puerta de su colmado, un verdulero adormilado y unas moscas también adormiladas a la puerta de su verdulería, fundiéndose pacíficamente con la luz dorada de la calle, siendo lo bastante inteligentes como para ser conscientes de la gran bendición que suponía simplemente existir, esa actividad tan simple de la que todos somos capaces.»


Orhan Pamuk - La vida nueva



1 comentario:

  1. Eso, dejarse dorar por la luz, da igual la de la mañana que la del atardecer o beberse un vaso de agua fresca después de haber merendado un bocadillo de jamón, ahí sentada en la acera viendo a los aviones y a los vencejos cruzar el cielo con su jolgorio volandero. ¿Vida nueva?...Yo diría buena vida que se añora en este crudo invierno.

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