martes, 12 de octubre de 2010

Narrativa Bassi


El miércoles pasado estuvimos escuchando a Leo Bassi dar una conferencia en el paraninfo de la Universidad. Sí, una conferencia, aunque parezca extraño. Estuvo acompañada de algo de show, por supuesto, pero fue una conferencia en toda regla. Para mi, aunque habló de algo en lo que muchos estamos de acuerdo desde hace mucho tiempo, fue interesante e inspirador su hilo argumental y algunas de las cosas con que ilustró su historia. Así que, cogiendo algunas ideas suyas –las pocas que he podido retener- y otras de mi cosecha, voy a tratar de reproducir aquí, reinterpretándolo en cierta forma y haciéndolo mío por el camino, algo de lo que dijo.

El argumento fundamental de Leo Bassi es que estamos sometidos a un intento de vendernos una falsa narrativa de la historia de occidente, tratando de hacernos creer que lo más importante de nuestra civilización son sus raíces judeocristianas, que estas raíces conforman nuestra identidad real y son una parte sustancial de nosotros mismos que debemos preservar a ultranza de los ataques externos, sea el relativismo, el laicismo, el agnosticismo o el Islam. Esta falsa narrativa no es nueva, sino que se remonta siglos atrás en la historia de la iglesia católica, pero en este momento asistimos a un fuerte movimiento que ha hecho suya la batalla y está dispuesto a llegar lejos para vencerla, del cual el Tea Party y ciertas expresiones carpetovetónicas serían una buena muestra.

No puedo estar más de acuerdo en el daño –individual y colectivo- que nos han hecho y nos sigue haciendo la moral –y la doble moral- católica, el cielo y el infierno, el bien y el mal, la culpa y el pecado y la tremenda lucha de poder en la que la Iglesia ha inmerso a tanta gente durante siglos,… A ello se suma además la lamentable idea de un dios externo, superior, masculino, padre, juez riguroso y castigador.

Bassi afirma que las raíces de occidente -si es que tal concepto tuviera algún sentido- son mucho más amplias, más ricas, más sanas. Son raíces que brotan en la prehistoria y crecen humildemente durante milenios, en estrecha conexión con el medio. Son raíces que se nutren de la sabiduría de los mundos celtas, de las brujas y druidas, del amor y el cuidado de la tierra, de la convivencia milenaria con los seres que habitan el bosque, de la conexión con la madre, del poder sanador de la naturaleza, de un profundo sentido de comunidad en el que todos trabajan por el bien común, de tantos forasteros y las historias que contaron…


Así, durante siglos, no solo han intentado secuestrarnos la razón -algo que ya sabíamos-, sino que han conseguido aniquilar también nuestra espiritualidad. Es por ello que mataron, por ejemplo, a cientos de miles de personas -la mayoría de ellas mujeres y hombres de conocimiento- durante la Inquisición.

Terminaré con otro apunte de Leo Bassi que me interesó especialmente por su componente de esperanza y optimismo. Dijo que él veía señales de que se ahora estaba comenzando a recuperar esa antigua espiritualidad. Los indicios, para él, están en dos lugares: la preocupación por la ecología y el florecimiento de las redes sociales. Es una hipótesis de la que ya hemos hablado aquí con otras palabras y que en esencia comparto.

2 comentarios:

  1. Más razón que un santo tiene este hombre. Sobretodo en el tema de la diversidad, y en el tema del bien común. Siempre no hemos ayudado los unos a los otros, es nuestro rasgo más característico, la comunidad. Ahora nos quieren hacer creer que la competitividad forma parte de la evolución, el más fuerte.
    En cuanto al movimiento que brota... con esto de la crisis se ha visto que el medio ambiente ha pasado a un segundo plano, es una semilla más que un brote.

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  2. Si, pero el devenir de los acontecimientos es el que ya conocemos. Han pasado muchos siglos de Historia, certificada por las guerras y la miseria humana, herencia de una cultura de Poder que se impuso hace dos mil años, y que permanece.
    Si, para mi cabe alguna esperanza: que se vaya a abajo todo el tinglao montado, como si dos mil años no fueran nada, un tiempo perdido, y empiece otra vez de nuevo otra Historia...a lo mejor con otra especie humana que supere al homo sapiens.

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