lunes, 25 de mayo de 2009

Pepe Gotera y Otilio...

Hacia el final de su libro ‘Gente que no quiere viajar a Marte’ –un libro que, por cierto, me parece bastante inspirador y pertinente para los tiempos que vivimos-, Jorge Riechmann aboga por una ética de la imperfección. Esto es, una ética –y una antropología y una política y una ciencia- que asuman de una vez por todas que los humanos no somos perfectos. Que no somos dioses ni semidioses ni nada que se le parezca. Que nos equivocamos. Y mucho. A veces por error y a veces por inconsciencia o por ignorancia o incluso a sabiendas. O por lo que sea. Y que por muy sólidos y consistentes que sean los análisis de riesgos y los sistemas de control y los métodos de vigilancia y las evaluaciones de calidad, es muy posible que algo falle. Porque somos unos chapuzas, vaya.

Y lo que el autor viene a decir es que esto es lo que hay. Que no es malo en sí mismo. Incluso al contrario: es parte de nuestra condición fronteriza, como él la llama. Simplemente hay que saberlo, reconocerlo, aceptarlo e incluirlo como una variable más dentro de las expectativas y de los planes que nos vamos haciendo, los individuales y los colectivos.

¿Que los sistemas para el control de la gripe A son rigurosísimos? De acuerdo, pero siempre habrá alguien que se los salte, así que cuidado. ¿Que el manifiesto iba a salir publicado el 23 y así estaba anunciado y requeteanunciado? Pues es verdad, pero quizá sea el 27. No pasa nada ni hay que armar la marimorena (jeje, no lo digo por ti, nacho), simplemente somos así. Y uno de los retos que tenemos por delante es asumir y aceptar nuestra imperfección personal y colectiva.

Aceptar esto es importante quizá para no enfadarnos tanto los unos con los otros. Pero cuando deviene realmente esencial es cuando nos ponemos a jugar con fuego. Porque en esos casos es conveniente acordarse de que, en realidad, somos bastante chapuzas… Así que jugar con fuego, lo justo. ¿No?

Y todo ello viene a cuento de algunos experimentos humanos, de esos en los que nos creemos casi dioses y en los que teóricamente "está todo controlado", como cuando jugamos con la energía nuclear o con los organismos genéticamente modificados, por ejemplo.

1 comentario:

  1. Mister Jai,

    Me alegra mucho ver tanta actividad en todocambia, todo ese bullicio refrescante de ideas, reflexiones y propuestas para el cambio… Gracias por pensar en voz alta y por traernos las palabras sabias y hermosas de otros.
    Un abrazote

    Nacho

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