viernes, 3 de abril de 2009

La mirada de Monbiot

Ahora que casi todo el mundo (en los medios, quiero decir) parece eufórico y excitado con los resultados de la cumbre del G20 en Londres, voy a traducir aquí las palabras de George Monbiot al respecto, tal y como aparecieron ayer en su blog en el periódico The Guardian.

Creo que, cuando menos, es interesante escuchar otro punto de vista...


El G20 se olvida del medio ambiente

Este podría ser el comunicado del G20, en una versión sintetizada:

"Nosotros, los líderes del G20, usaremos cada céntimo que no tenemos para rescatar al capitalismo corporativo de sus contradicciones y devolver la economía mundial al sendero del crecimiento insostenible. Ya hemos gastado billones de dólares de vuestro dinero para rescatar los bancos, para que puedan volver a desplumar a los pobres y destrozar los ecosistemas de la Tierra. Ahora vamos a gastarnos otro billón de dólares, y como castigo ejemplar por sus éxitos en promover crisis, daremos al FMI y al Banco Mundial más dinero aún. Estas actuaciones constituyen la mayor movilización de recursos para apoyar los flujos monetarios mundiales de los tiempos modernos.

Ay, casi se nos olvida. Tenemos que hacer algo por el medio ambiente. No tenemos planes definitivos aún, pero pensaremos algo lo antes posible.”

En otras palabras, la estrategia del G20 para salvar la crisis económica y financiera es detallada, innovadora, ambiciosa y plenamente dotada de recursos. Sus planes para salvar la crisis ambiental son breves, vagos y sin fondos. Las cláusulas ambientales –que se contradicen con casi todo lo que se dice antes- se han dejado para el final del comunicado como una idea del último momento, para la que no se han provisto fondos. No se han propuesto nuevas ideas, solo las habituales declaraciones bienintencionadas: simplemente pongamos el adjetivo de verde al conjunto del paquete y esperemos lo mejor.

(…)

Esto me sugiere que nuestros líderes no han aprendido nada de la crisis financiera. La crisis llegó porque se permitió a poderosos agentes (los bancos) explotar un recurso común (la economía) sin un adecuado control o regulación. Los gobiernos desplegaron una típica forma de pensamiento mágico: que el boom duraría siempre, que un puñado de psicópatas depredadores se autorregularían, que los beneficios, los dividendos y los precios de las acciones podrían crecer indefinidamente aunque no guardaran ninguna relación con el valor real de las cosas.

Tratan la crisis ambiental de la misma forma. (…) Pero, igual que hicieron con los bancos, los líderes del G20 parecen haber decidido tratar estos asuntos tan solo cuando sea necesario –en otras palabras, cuando sea demasiado tarde-. Se han autoconvencido de que devolver la economía a su lugar de origen –un crecimiento infinito en un planeta finito- puede reconciliarse de alguna forma con la promesa de que “van a ocuparse de la amenaza del cambio climático irreversible”.

La próxima vez que este pensamiento mágico falle, no habrá ya tiempo para planes de rescate.

El blog de George Monbiot en The Guardian – 2 abril 2009


[Para acceder al texto original, pincha aquí. Y este otro enlace conduce directamente a su web]

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