«Ésta es una era de transformaciones -dijo Marina Sidtrizia mientras aún sostenía la puerta por la que acababa de entrar Estrella-. No lo digo sólo por mí, sino por muchas otras cosas que están sucediendo. -Se rió suavemente, cerró la puerta, y tomando del brazo a Estrella la condujo por el pasillo que ahora no tenía nada de tenebroso. Era de día y las puertas que daban a él estaban abiertas, y las habitaciones que se vislumbraban estaban inundadas de luz natural.»
Soledad Puértolas, 'Si al atardecer llegara el mensajero'
sábado, 7 de febrero de 2009
La época (II)
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