En la primera cita a Berkeley el irlandés:
Y la segunda es la dedicatoria que incluye en 'Fervor de Buenos Aires' (1923):«el sabor de la manzana está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma».
«A quien leyere
Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tú el lector de estos ejercicios y yo su redactor.»
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