Allá va. Dedicado especialmente a Brigitte y a Pere.
A ver si poco a poco somos capaces de vivir la vida con la misma sensación de asombro y entusiasmo de los niños (y los mayores) cuando ven el Circo del Sol.
Y es que, como decía Darek (no el de la Obregón, otro), tenemos "demasiada poca fantasía".
¡Un beso pa to'l mundo!
Y si os ha gustado, aquí va una versión más larga...
Yo es una cosa que hago intermitentemente desde hace mucho tiempo y cuando el gris de la vida me lo roba, vuelvo a intentar recuperarlo y practicarlo de nuevo, (olvidar, olvidar momentáneamente el pasado y disfrutar, disfrutar ese momento de asombro, conectando con lo que siento sin juicios, ni prejuicios).
ResponderEliminarPero tiene un inconveniente: que puedo disfrutar tanto como una niña, asombrándome con cosas pequeñas, pero también sufrir tanto como una niña por esas mismas cosas pequeñas, viviéndolas, tal vez, ¿con demasiada intensidad?
P.P.G.