lunes, 27 de noviembre de 2006

Mandala[8]

1 comentario:

  1. Como veo que este blog está muy reflexivo y poeta, me incorporo con ánimo... pero claro ¡en mi línea! Un pequeño homenaje a Gloria Fuertes. Yo no aspiro a más; un poco de sencillez, por favor, no más líos: "la gallina puso un huevo, le dio la tos y puso dos". ¿Para qué más?


    CANGURA PARA TODO

    (Fragmento)

    Sonó el timbre.
    El señor abrió la puerta.
    La escalera estaba muy oscura.
    Alguien, con un pañuelo atado a la cabeza,
    el entregó una tarjeta que decía:

    "Se ofrece cangura muy domesticada
    para doméstica".

    -Pase, por favor; llevamos un mes como locos sin niñera ni cocinera.
    Siéntese.
    El señor abrió de par en par la ventana y de par en par los ojos.

    Ante él tenía un canguro imponente.

    -¡Pero bueno! ¿Pero como? ¿Pero cómo ha llegado usted aquí?

    -Pues saltando, saltando, un día di un salto tan grande
    que me salté el mar.

    -¡Clo! ¡Clo!- el señor parecía que iba a poner un huevo,
    pero era que llamaba a su esposa,
    que se llamaba Dulce Mariana Clotilde del Carmen, pero él,
    para abreviar, la llamaba Clo.

    Apareció Clo y desapareció al mismo tiempo gritando:
    -¡Dios mío, hay un canguro en el sofá! ¡Un canguro!
    -Cangura, señora, cangura, soy niña- aclaró el animalito
    estrando sus orejas y lamiéndose las manos.
    -¡ven, Clo! Ten confianza...
    Volvió a aparecer Clo muerta de asombro.
    -Mírala bien, parece limpia y espabilada,
    además a los niños les gustará. Yo creo que conviene
    que se quede en casa.
    Clo, la señora, miraba a la cangura de reojo, tragando saliva...
    ¿Cuál es su nombre?- preguntó por preguntarle algo.
    -Marsupiana, parra servirles.
    Y la cangura se quedó en casa para servirles.

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